La supervisión particular del pueblo de Israel.
“Y soñó, y he aquí una escalera que se apoyaba sobre la tierra y cuyo extremo tocaba el cielo. Por ella subían y bajaban los Ángeles de D-os”. (Bereshit, 28: 12).
Explica Nahmanides que este sueño es una profecía en sí mismo, concedida a nuestro patriarca Yaacov. Mediante esta profecía se le aclara la supervisión divina particular que tiene el pueblo de Israel.
Así al observar Yaacov en su sueño a los Ángeles subiendo y bajando por la escalera que conduce al cielo, se le está descubriendo la supervisión que el creador ejerce sobre las naciones del mundo, una supervisión que no es directa sino a través de los Ángeles.
Esto no sucede con el pueblo de Israel, que recibe la supervisión divina directamente y en forma particular del Eterno, lo que constituye una de las grandezas del pueblo de Israel.
Sea la Voluntad del Eterno que se nos cumpla lo pactado con Yaacov: “Y Yo estaré contigo y te guardaré donde quiera que vayas.”
(Bereshit, 28,15).
Rabino Avi Amsalem.