Nuestros sabios explican que con este hecho se demuestra la bondad y hospitalidad de Abraham Avinu y que, a pesar de estar enfermo con toda la justificación de no recibir a nadie en su casa, la Torah nos relata que Abraham no podía quedarse tranquilo en su morada, sino que tenía que sentarse en la puerta de su carpa para buscar a quien invitarle a su casa y a quien poder colaborarle.
Este relato nos da a conocer las grandes cualidades que tenía Abraham como la bondad, la búsqueda de ayudar y colaborar con el necesitado y el poder compartir su bien y su tiempo siempre con los demás.
Tenemos que aprender de Abraham cómo ser más bondadosos, no solo a nivel económico sino también cómo brindar un buen consejo, una sonrisa, escuchar a los necesitados y así poder compartir lo que tenemos y sentir la necesidad de dar, ayudar y B”H tener una comunidad llena de Hesed, bondad y bendiciones de Hashem.
Shabat Shalom,