Nuestros sabios explican, que el nombramiento de los hijos de José no fue solo dar el nombre sino también la expresión de un pensamiento espiritual.
José nos enseña, que para poder empezar el progreso y avance personal primero se debe arreglar y corregir el pasado y después empezar a trabajar para conseguir el bien como lo dice el versículo “aléjate del mal y (después) haga el bien” (Salmo 34/15).
La enseñanza de José se aplica a nivel personal, espiritual y social y para poder adquirir una nueva etapa positiva hay que “limpiar” la etapa anterior, y para formar una relación social con el prójimo se debe borrar el concepto negativo que tenía sobre su prójimo para poder tener una perspectiva objetiva y positiva sobre sí mismo y sobre su prójimo.