En el momento que ella muere, Abraham tiene que adquirir una tierra para enterrarla, entonces allí empieza la concesión y adquisición del pueblo de Israel con la tierra de Israel.
El hecho que esta adquisición sea un pasivo (es decir por medio de un entierro y no algo activo) quiere enseñarnos que nuestro derecho sobre la tierra de Israel es esencial y no condicionada con unas acciones, sino que es un derecho eterno sin ninguna condición.
Esta conexión de nosotros a nuestra tierra nos aclara lo que dijo Abraham “D-os es el D-os de los cielos y de la tierra”, es decir que por medio de la tierra de Israel revelamos que D-os se conecta con la tierra dándonos las herramientas, la posibilidad de santificar la tierra y de este mundo de acuerdo a sus mandatos, todo por medio de nuestra conexión e identificación con la tierra de Israel.
Esta semana nuestros enemigos tratan de debilitarnos con actos de incendios y fuego para hacernos huir de nuestras casas, pero en esta Parasha la Torah fortalece nuestro derecho sobre esta tierra, la conexión y unión entre el pueblo judío y la tierra de Israel.
Que D-os proteja a nuestra tierra, Estado y pueblo y que tengamos la fortaleza y la fe de habitar la tierra de Israel y crecer a nivel nacional y personal.